martes, 16 de diciembre de 2008

La caja.

Llevaba tiempo pensando en ello, pero no había tenido valor. Abre el armario y justo al fondo, tras unas sabanas antiguas y algo de polvo esta ella. La saca con cuidado, esconde muchos recuerdos, los mejores.

Se sienta delante de ella y duda si abrirla o no, algo le ata a esa caja. Levanta la tapa y ve su letra, sus regalos y una foto que una buena amiga le recomendó conservar aunque fuese fuera de su vista.

Escarba en ella y no llega a imaginar como algo tan pequeño puede contener tanto. Va sacando lo que contiene, porque sabe que en el fondo, como casi siempre, se encuentra lo más importante y doloroso a la vez. Antes de llegar encuentra un par de bolígrafos, algo de arroz inflado, golosinas que tras el tiempo se han convertido en madera, fotos con un tono amarillento y muchas cartas que de momento evita.

Lo último que queda por descubrir es un pequeño libro que al abrirlo, siente que ya tiene su tiempo por el olor que desprende. Confidencias que ya han caducado. “No lo puedo evitar, te voy a echar demasiado de menos…” es la primera frase y tras ella decide dejar de leer. Ojos rojos, labio mordisqueado y manos temblorosas… ¿Existe realmente la necesidad?

Todo aquello había pasado ya… y le viene a la mente la máxima del avestruz: aquello que no vemos, sencillamente no existe.
No se trata de ignorar el problema, sino que poco a poco consiga sepultarlo con una montaña de pequeñas cosas.

Posa la caja en sus rodillas y la tapa. Sabe que algún día, cuando esta fase de enojo y resentimiento haya pasado, será capaz de abrirla y recordar aquellos momentos como lo que fueron.

8 comentarios:

  1. Me gusta lo que escribes, te sigo, un saludo!

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  2. Gracias por invitarme a llegar hasta tu rincón y me siento orgullosa de ser de las primeras que te visitan.

    Suerte y felicidades en esta nueva etapa.

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  3. Todos guardamos alguna caja en el fondo del algún armario, en la esquina de algún corazón. Y casi todos somos capaces de hacer grandes esfuerzos para olvidar pero raras veces conseguimos reunir el suciente valor como para levantar una frágil tapa de cartón.

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  4. "y le viene a la mente la máxima del avestruz: aquello que no vemos, sencillamente no existe"

    Ayer mismo pensé en lo mismo, a veces es mejor no ver... al menos si antes no estamos preparados para ello...

    Me gusta tu forma de escribir!

    Espero que sigas así... no lo dejes!

    Gracias por la visita!

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  5. Mejor mirar hacia delante...




    Cementerio de vivos (haré que este nombre resurja ;))

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  6. Dicen que el tiempo lo cura todo... pero a veces tarda tanto...

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  7. q grande, me he suscrito, te sigo tio. espero que no lo dejes de lado. Saludos

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  8. Cuidado con las cajas de Pandora...
    besitos varios,

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